Clases

Hermanitos en Cristo, este material es una  recopilación de las clases impartidas por nuestro Maestro Francisco Bertrand De La Torre,  los días lunes a las 6:30 pm. en nuestra Comunidad Nueva Alianza.

Clase No 1.
 TEMA: LA PERSEVERANCIA.
I. PORQUE HAY QUE PERSEVERAR? Porque solamente unidos a Cristo, estando en permanente contacto con Él, podemos guardar y mantener vivos  en nosotros, todos los regalos de amor que nos ha dado, y no permitir que el fuego del espíritu Santo vuelva a apagarse en nuestro interior. Solo unidos a Jesús podemos dar frutos y gozar de la vida en abundancia que El tiene para cada uno de nosotros.   

II PARA PODER PERSEVERAR, DEBEMOS CONTINUAR EL PROCESO DE CONVERSIÓN QUE INICIAMOS EN EL RETIRO, QUE ES UN UNA REEDUCACIÓN Y CAMBIO DE HÁBITOS EN NUESTRA VIDA. Los psicólogos hablan de que toda actividad, que se realiza ininterrumpidamente a lo largo de 21 días se vuelve un hábito.
Somos como un vehículo, que necesita 4 ruedas para caminar, necesitamos trabajar y atender cuatro aéreas básicas en nuestra vida y crear nuevos hábitos, en:
a. La oración.
b. Lectura de la palabra.
c. Frecuentar los sacramentos.
d. Vida en comunidad.

III. VIDA DE ORACIÓN. A través de la oración es que podemos hablar a dios y escucharlo, y lograr hacer de El nuestro amigo y confidente, es necesario establecer un tiempo para pasar con el señor, se sugiere. Comenzar con 5 min por la mañana y 5 min por la noche antes de dormir.    
                        
IV. LECTURA DE LA PALABRA DE DIOS, ESTUDIAR LA BIBLIA, QUE ES FUENTE DE SABIDURÍA Y FORTALEZA PARA NUESTROS ESPÍRITU, ES CONVENIENTE ANTES DE LEERLA, PEDIR ESPÍRITU SANTO, PARA PREPARAR NUESTRO CORAZÓN Y PERMITIR QUE SU PALABRA PENETRE Y NOS HABLE. Se recomienda comenzar con el evangelio de San Juan, conocido como evangelio del amor. Se les enviara una propuesta de oración para cada día.     
           
V. VIDA SACRAMENTAL. Habituarnos a frecuentar el sacramento de la confesión, que tiene un efecto sanador y liberador en nuestras vidas, y el de la eucaristía, donde. Jesús nos fortalece con su cuerpo y sangre, y nos da vida. Sobrenatural.     

VI. VIDA EN COMUNIDAD, HACER USO DE TODAS LAS HERRAMIENTAS, QUE COMUNIDAD NOS BRINDA, PARA SABER QUE NO ESTAMOS SOLOS EN ESTE CAMINAR, ASISTIR A CLASES DE CRECIMIENTO, TODOS LOS LUNES, A LA ASAMBLEA DE ADORACIÓN. Y pastorearse o recibir consejería.




CLASE No. 2.

Tema: PROBLEMAS DEL COMIENZO

Clase No. 1

  1. Al nacer de nuevo tenemos que tener claro:
    1. Somos recién nacidos.
      1era. de Corintios 3:1
    2. Tenemos que crecer
      1era. Pedro2: 2-3

  1. Como prepararnos?:
Como niño espiritual debemos protegernos para que enfermedades espirituales no nos hagan mal, todavía no puedes  realizar grandes cosas, mas bien dependes de tu padre celestial totalmente, Él como padre amoroso te atenderá y protegerá contra toda enfermedad espiritual.
Nosotros debemos inmunizarnos con:
Oración, palabra de Dios (lectura de la Biblia), Sacramentos, etc. Debemos vacunarnos.

  1. Enfermedad:                                                           Antídoto:
                                                              i.      Duda                                     Fe en la Palabra de Dios
Que promesas de Jesús son para mi?
Gálatas   3:29

Somos hijos de Dios?
San 1:10-12

Por qué debemos confiar en Dios?
Hebreos 6:13-19

Dios te da la garantía de su protección, y que serás heredero de sus promesas, debemos crecer y confiar que somos hijos de Dios y tener certeza que contamos con su AMOR.

  1. Enfermedad:                                                           Antídoto:
                                                              i.      Rencor                                   Perdón y reconciliación
El rencor nos evita tener amor por los hermanos, nos aleja de Dios. Aleja de nosotros el perdón.
Mateo 5:23

Debemos tomar la decisión de perdonar, y acudir al Sacramento de reconciliación, que es una curación para que ese mal espiritual no te haga mas daño.


  1. Enfermedad:                                                           Antídoto:
                                                              i.      Apatía                                               Oración, comunión y perseverancia
Es una enfermedad que ataca a nuevos cristianos.
Para que voy a hacer esto si antes no lo hacía?
Falta de deseo o ánimo para seguir adelante
Por medio de la comunión el Señor puede hablarnos y, animarnos a seguir adelante, a buscar el crecimiento en nuestro espíritu, a perseverar  en la oración y conocerle mas y más cada vez.
1era. de Pedro 5: 8-9

  1. Enfermedad:                                                           Antídoto:
               i. Sentirse incapaz o indigno                                  La Oración
                  Todo lo vamos  a hacer no con nuestras propias fuerzas, sino, que Dios me                        capacita para ello.
                                   Romanos 8:31
                                   Filipenses 4:13
                                   2 Timoteo 1:7

  1. Enfermedad:                                                           Antídoto:
                                                              i.      Falta de fe                 Oración, Lectura de la Palabra, Sacramento
Nos referimos a la seguridad que Dios actuará en nosotros; no porque lo merecemos, sino porque Él así lo quiere.
Fe
Hebreos 11:1
Carisma: 1era. De Corintios 12:9
Frutos:   Gálatas 5:22


CLASE No. 3
Tema: Sintiéndose seguro de emprender el camino.  
Objetivo: mostrar la forma en que Dios nos ayudara a lograrlo.
      
I. DIOS SIEMPRE VA A AYUDARNOS EN ESTE NUEVO CAMINO, Y NO SOMOS LOS ÚNICOS QUE VAMOS A ENFRENTAR PROBLEMAS Y SITUACIONES DIFÍCILES, QUE PUEDEN HACERNOS SENTIR DESANIMADOS A SEGUIR. Por lo tanto debemos saber y recordar:    
a)   Que debemos estar atentos 1ª pedro 5: 8-9;
b) Dios permite la tribulación en nuestras vidas para enseñarnos. Romanos 5:3;      
c)  Dios no permite pruebas mayores que nuestras fuerzas 1corintios 10:13;    
d)  Dios es tu padre amoroso y te conoce, según tu crecimiento y madurez espiritual, permitirá pruebas que puedas soportar y te preparara para ellas. 

II. QUE DEBO HACER SI VUELVO A PECAR?  Debemos reconocer y estar consientes que como humanos podemos fallar, y de hecho vamos a fallar y caer nuevamente, pero lo importante es reconocer que solos no podemos y levantarnos y comenzar de nuevo. 1 Juan 1:9.     
A .Debo reconocer q soy pecador y he fallado.  

B. debo reconocer mi pecado e identificarlo. Ponerle nombre.
  
C. arrepentirme sinceramente de haberlo cometido y haber ofendido a dios, por ello debo pedir perdón a Dios.

D .acudir al sacramento de la confesión.  
 
E. Propósito sincero de no volver a pecar y de tratar de reparar lo malo que se ha hecho.  

III. QUE DEBEMOS HACER PARA MANTENERNOS EN EL CAMINO

 A. ORAR. Clamar a Dios para pedir su ayuda. Jeremías 33:3. -Pedir que supla mis necesidades.  Mateo 7:7-8. -pedir recordando que soy hijo de Dios. Romanos 8:15.  -Pedir en el nombre de Jesús. Mateo16:23-24.    
  
B. ALIMENTARNOS PARA CRECER. -con la lectura de su palabra Deuteronomio 8:3.                              - acudiendo y tomando la Eucaristía. San Juan 6:35. 

 C. DESCANSAR EN DIOS. -no afanarnos.    -No preocuparnos. -encontrar descanso en Dios salmo 62:2.  -Caminar en Fe y con confianza en Dios Salmo 91:1-2. Depositar todas. Mis cargas en El. 1ª Pedro 5:7.

D. CULTIVAR BUENOS HÁBITOS. -Hay que prepararnos 2 timoteo2:5-7. -gozar de la lectura diaria de la biblia.  -Orar todos los días al levantarnos y al acostarnos para entregar nuestro día y cansancio a Dios.  -Frecuentar los sacramentos de la reconciliación y eucaristía. Memorizar citas Bíblicas.  -Hacer buenas obras.




CLASE No. 4
COMO HABLAR CON NUESTRO PADRE: LA ORACIÓN.          
I.- Diferencia entre rezo y Oración:
1.       REZO: Es una repetición de formas ya establecidas, a veces impersonales, mecánicas y sin calor, no salidas del corazón, sino repitiendo palabras de otros, sin atención en lo que decimos, ni tratar de hablar directamente con el Señor.
2.       ORACIÓN: hablar espontánea y libremente con Dios, dialogar naturalmente con El como con un amigo, es la expresión de nuestra alma y la inspiración de nuestro ser.                                                                        La Oración es el dialogo directo con Dios y para q exista dialogo son necesarias dos personas, sino se vuelve monologo. Dios está siempre dispuesto a dialogar con nosotros, a escuchar y respondernos. Si esta comunicación es frecuente, podemos tener la garantía que El y nosotros, nos vamos conociendo más, vamos descubriendo su voluntad, y así. Dios nos escucha y responde siempre. 
II.-ELEMENTOS DE UNA BUENA ORACIÓN:
1.       FE: debemos tener Fe. Que Dios está siempre presente, quiere ser nuestro amigo, y que Él es nuestra mejor recompensa.  Hebreos 11:1,6./ Santiago 1:6-8
2.       COMPROMISO: esto implica hacer una alianza de amor, que no va a depender de nuestro estado de ánimo, de nuestro tiempo libre, de nuestro trabajo (aunque sea para el señor) . Nuestro compromiso con dios no puede sustituirse con nada. Es una cita personal de amor,  a la cual no podemos faltar y a la cual Dios no faltara.    
3.       PERSEVERANCIA EN LO QUE SE PIDE: No desanimarse cuando la oración no es respondida de inmediato, ni de la forma que nosotros queremos. Debemos perseverar, tener paciencia, seguros de que Dios responderá en el mejor tiempo y de la mejor manera. Sant. 5:17 y. Col. 4:2.  
4.       NO PONER BARRERAS: Sin resentimientos, odios, rencores hacia nuestro prójimo. Perdonar y pedir perdón, para que esto no sea barrera u obstáculo con Dios. Perdona nuestras ofensas como nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
5.       HONRADEZ: sinceros con nosotros mismos, sin querer disfrazar ante el señor lo que somos, ya que El conoce nuestras intenciones y nuestro corazón. Debemos dar a nuestro dios. Nuestro tiempo, dinero, amor, seres queridos, vida. S. Juan 3:18-24. 
6.       CONCISA: sin palabras inútiles, exponiendo con claridad y sencillez nuestra necesidad ante Dios, sabiendo que la respuesta de Dios a mi petición será la mejor. S Mateo 6:7.                                 

III.-FORMAS DE ORACIÓN:
1.       Gracias: dar gracias por todo lo que tengo, familia, casa, trabajo, problemas, enfermedad, comunidad, etc., siempre.   
2.       Confesión: pidiendo perdón a Dios por nuestras debilidades, errores y caídas, de pensamiento, palabra, obra u omisión. 
3.       De Flecha: Es una frase dirigida a Dios con pocas palabras y que encierra una petición ardiente y rápida. Guía mis pasos, auxiliarme señor, te necesito.    
4.       De Petición: pidiendo especialmente por una necesidad o problema concreto.  
5.       De Meditación: El silencio, dejando un tiempo nuestro pensamiento, nuestra mente acallada para que Dios hable a mi corazón.
6.       De renuncia: declarar a Dios que por amor a El estamos dispuestos a dejar todo aquello que no es agradable a Él.   
7.       De intercesión: pidiendo por las necesidades de los demás, familia, compañeros de trabajo, comunidad, gobernantes, enemigos, etc.  
8.       De Alabanza: alabando a dios por su grandeza, poder, bondad, belleza, por darnos a Jesús, etc.
Nuestra oración diaria nos mantendrá vigilantes ante el enemigo, que nos acecha continuamente. Nos hará firmes ante pruebas y dificultades. Cuando el cristiano descuida su trato con Dios, se encuentra fácilmente en manos del enemigo, que causa estragos en su alma; pierde la alegría y queda sin fuerzas para ser fiel a sus compromisos con Dios.  
La oración personal nos ayuda a hacer mejor el trabajo, a cumplir nuestras obligaciones y deberes con la propia familia y con la sociedad, a tratar mejor a los demás. "No dejéis de orar! Que no pase un día sin que hayáis orado un poco!  La oración es un deber, pero también es una gran alegría, porque es un dialogo con Dios por medio de Jesucristo! Cada domingo, la Santa Misa y, si os es posible, alguna vez también durante la semana; cada día, las oraciones de la mañana y de la noche, y en los momentos más oportunos!" (Juan Pablo II).   
La oración nos ayuda a ser fuertes contra la tentación, podremos oír como el Señor nos dice: porque dormís? Levantaos y orad para no caer en la tentación (Lucas 22:46). Hemos de orar siempre, pero hay momentos en que esa oración se ha de intensificar. Abandonarla, sería dejar abandonado al Señor y quedar nosotros solos a merced de la tentación.


CLASE No. 5
TEMA: LA TENTACION.
I.  Satanás es un espíritu Real, que es nuestro peor enemigo, y su objetivo es entorpecer el camino de los cristianos hacia Dios, haciéndonos caer en Tentación.  Debemos tener claro que:
a.      Que Satanás es real y está siempre activo en contra de nosotros.   1ª. Juan 5:19.        
b.      Conoce nuestras debilidades y se vale de ellas para mortificarnos.   Santiago 1:14.
c.       Su estrategia es ocultarse, disfrazarse y hacernos creer que no existe. 2ª Corintios 11:14.      
 II.- COMO INFLUYE EN NOSOTROS:
a.      Trata de disfrazar el mal, haciéndolo parecer como bien, para engañar nuestros buenos sentimientos: películas, novelas, amor libre, aborto, etc. 2ª  Corintios 11:3.      
b.      Los malos deseos son puestos como justos por medio de razonamientos que Satanás me da, disfrazando lo malo como como bueno, útil o lógico: pereza, egoísmo, ambición, odio, soberbia.  Gen 3:1-5.   
c.       Satanás conoce nuestro pasado y el archivo que hay en nuestra mente. Usa cada una de nuestras debilidades, solo sugiere a nuestra mente y nosotros propiciamos que la tentación tome forma y se torne en un pecado concreto.  Santiago 1:15.   
d.      Nos hace creer que no nos puede hacer nada y no nos percatamos que sin darnos cuenta nos controla y esclaviza. San Lucas 22:31.       
e.      Como es un espíritu, no tiene figura y necesita poder controlar nuestra mente para poder controlar nuestras obras y acciones.  Si conoce mis debilidades y yo no conozco su manera de accionar, estoy en desventaja y voy a dejar que influya en mi mente. 
 III. Como conocerlo y desenmascararlo:    
a.      Al conocer la forma en que actúa en mi vida, y al identificar su acción, debo denunciarlo, desenmascararlo.  Efesios 5:11-13.        
b.      Debo prepararme para la lucha espiritual, con la ayuda del espíritu santo y la autoridad y poder del nombre de Jesús.   Efesios 6: 10-18; Santiago 4:7.      


 IV. Plan de acción para defenderme del  ataque de Satanás:       
a.      Prepararme con la palabra de Dios, citas específicas para enfrentar cada debilidad.                          1ª  Pedro 5:8.
b.      Mantenernos firmes en nuestra posición de lucha, apoyados en la autoridad de Cristo. Filipenses. 2:10.  
c.       Resistir la tentación hasta que se vaya. Santiago 4:7.  
d.      Huir de toda tentación o motivo de pecado.1ª  Timoteo 6:9-11.      
e.      Prepararnos para la batalla con la palabra de Dios, una vida de oración, frecuentar los sacramentos.  Hebreos. 4: 12-13.  
f.        Tener respeto a Satanás y no subestimarlo.  Hechos 19:13-16

CLASE No. 6
TEMA: La Amistad con Dios.
I.- LA GRACIA: Es la vida de Dios en nosotros que nos permite ser guiados por El.  Antes éramos. Esclavos del  pecado, cristo nos ha limpiado y liberado.  Rom. 8:1-2.  Y nos da vida nueva a través de la gracia Rom 6:14 n esto permite que nos volvamos sensibles al pecado, percibimos lo que es de Dios y lo que desagradable a Él, esto es la gracia.   2ª  Corintios 3:16-17. Cuando estamos en gracia somos obedientes a Dios y nos mantenemos en amistad con El.   
II.-LAS DESVIACIONES: cuando somos guiados por el espíritu santo, es cuando vamos por el mejor camino, pero nuestra naturaleza es tender a tomar otros caminos:      
a)      No queremos escuchar a Dios, cuando nos habla y nos da una orden o una inspiración en la oración, lectura de la palabra, una profecía, etc., y nos negamos a obedecerla, estamos cerrando el canal de gracia y rompiendo nuestra relación con Dios.   Santiago 4:17.        
b)      Cuando cedemos al camino que nos ofrece la tentación. Santiago 1:15.  
c)      Cometemos pequeñas faltas, que son como pequeños baches que entorpecen mi caminar y producen tibieza, tales como:
·         Hacer de mala gana las cosas referentes a Dios.;
·         Pensar únicamente en nosotros mismos y en nuestra comodidad.
·         Mantener conversaciones ociosas y vanas.      
·         No evitar caer en pecadillos;
·         Actuar con puros intereses humanos.     
 En cualquiera de estos casos Dios no nos obliga a nada, nos deja caminar en Nuestra Voluntad, hasta que veamos que no podemos solos. Dios nos ama tanto, que dejara que suframos las consecuencias de nuestras equivocaciones y rebeldías, a fin de que decidamos voluntaria y libremente no pecar más e ir por otros caminos. Hebreos 12:5-11.
 III. La confesión es la forma de restablecer la amistad con Dios y permitirle su presencia en nuestra vida. Debemos acudir frecuentemente a ella.  
 IV. El recibir la eucaristía con fe, nos permite lavar y renovar nuestras vidas y tener realmente un encuentro personal y renovador con El, que incrementa la gracia, su presencia en mí, si lo hago con verdadero fervor y compromiso. Si no se vuelve solo algo exterior que no cambia mi vida. Ya que al recibir al señor, recibo su vida. 1ª  Cor 11:26-28.;   San  juan. 6:35.  El pan no actúa, nuestro cuerpo transforma el pan. Y lo asimila, haciéndolo parte suya, en cambio en la eucaristía, es Jesús presente en el pan, quien nos transforma y hace cosa suya.es El quien entra en nuestra vida espiritual, al estar muertos espiritualmente, no es más que alimento material a nuestro cuerpo mortal.   
VI .El comulgar por rutina, o solo como algo exterior, tiene como resultado una frialdad tal, que parece que tomamos simplemente pan de cocina y no el cuerpo de Jesús.  1ª   Cor. 11:29.   A través de la comunión Cristo nos limpia también de nuestras pequeñas fallas y nos permite recuperar la gracia, a través de la cual podemos superar las fallas, en la medida que lo hagamos más frecuentemente, seremos más fuertes en Jesús y tendremos menos probabilidades de caer de nuevo.

CLASE No. 7
Tema: como seguir la voz de Dios.
I.- Dios quiere dirigir nuestras vidas, y que entendamos que sus planes y caminos son mejores que los nuestros, y  que trata constantemente de hablar a nuestros corazones, en la medida que tengo más apertura para escuchar la voz de Dios, me equivoco menos y avanzo más, en la dirección correcta. S Juan 10:14.   Dios siempre quiere hablar a nuestro corazón.     
II. Dirección de Dios inadvertida: en nuestro caminar, al mirar atrás nos damos cuenta que Dios ha dirigido muchas veces nuestros pasos sin darnos cuenta. Dios lo ha prometido y así es aunque no nos demos cuenta. Salmo 37;23. / Salmo 32: 8. Aunque seamos tercos, necios  desobedientes. Él está a nuestro lado para guiarnos.  Rom 8:14.  /  Isaías 41:10.   Dios quiere guiarnos como un padre, y que vayamos en la dirección correcta cuando erramos el blanco, cuando no lo escuchamos, es que pecamos, porque no hacemos lo que Dios manda. Pero Dios quiere que sigamos conscientemente su voz y para ello nos ha dejado instrucciones claras, que debemos seguir.  
III. Como escuchar a Dios: Jesús les enseño a sus discípulos a orar, comprender las escrituras y les prometió la ayuda del espíritu santo para guiarlos.   S. Juan 16:13.  Dios nos da los pasos a seguir: Rom 12:12-13. , es posible conocer dirección de Dios, escuchar su voz y distinguirla de las voces del mundo. Santiago 3:13-18. Col 2:8.                                     Debemos renunciar a toda forma de dirección que no venga de Dios. Dios nos guía a través de su palabra. 2da Timoteo 3:16.
IV. Tres luces para seguir la voz de Dios:
A.      El espíritu santo en nosotros: es el que nos va a inspirar a seguir la voz de Dios, a través de una palabra, una lectura, un deseo de hacer las cosas, su acción en nosotros se manifestara. Por medio de su paz. Que nos marcara un rumbo determinado. 

B.      Esa inspiración o deseo a seguir un camino determinado, nunca podrán ir en contra de la palabra escrita de dios. Dios nos guiara siempre a través de su palabra.   S Juan 16;13. /   1ª  Cor 2:11 es nuestra guía externa. A través del magisterio de la iglesia, que interpreta y actualiza su palabra.   S Lucas 21:33. 

   
C.      Las circunstancias: dios nos guía también por medios comunes, ante una decisión hay muchos caminos, debemos orar al señor para que cierre los que no son. No apoyarnos solo en nuestra inteligencia.  No debemos dejar que las circunstancias nos manejen, sino pedir que cambien de acuerdo a su voluntad. Dios es un dios de orden y actúa en un orden natural. La mayor parte de las veces. Aunque a veces lo hace en forma sorprendente.  A veces debemos recurrir para discernir al apoyo de mi pastor, guía espiritual, un sacerdote, la dirección de Dios se recibe usualmente durante mi oración personal. 
V. Impedimentos para escuchar la voz de Dios: 
a)      El pecado. 1ª Cor 2:14.
b)      Egoísmo: endurece el corazón.  
c)      Desobediencia; indica soberbia o autosuficiencia.
d)      Impaciencia: saber esperar el tiempo de dios. 
e)      Soberbia; q nos impide reconocer nuestras fallas


CLASE SOBRE EL PECADO
El pecado: ¿cuál es la diferencia entre pecado venial y mortal? ¿Qué es propiamente un pecado? ¿Cuándo éste es realmente considerado “pecado mortal”? ¿Y cuándo es considerado “pecado venial”?
¿Ambos llevan al infierno el alma de aquel que muere sin confesarlos con arrepentimiento en el corazón?
La pregunta es altamente oportuna y actual, porque vivimos en una sociedad, en que Dios es puesto cada vez más al margen, en la cual la misma distinción entre el bien y el mal y, consecuentemente, la propia noción de pecado están siendo borradas de la mente de los hombres.
 “El pecado es un acto moralmente malo (Santo Tomás, “De Malo”, 8:3), un acto en discordia con la razón informada por la ley divina”. En el uso corriente, podemos definir el pecado como toda trasgresión de la Ley de Dios o de las leyes de la Iglesia, bien como de cualquier ley u orden legítimos de las autoridades de la sociedad civil. Es mortal cuando incide sobre materia grave y es practicado con pleno conocimiento y voluntad deliberada. Es venial cuando incide sobre materia leve; o, siendo grave la materia, la persona no dio pleno consentimiento o no tenía consciencia de que se trataba efectivamente de materia grave. Sólo el pecado mortal lleva el alma al infierno, si antes no hubiese obtenido el perdón por medio del Sacramento de la Penitencia (Confesión) o habiéndose arrepentido de él con un acto de contrición perfecta. Si la persona muere con pecados veniales, o no hizo la debida penitencia por los pecados mortales confesados y ya perdonados, pasará por el Purgatorio para purificarse completamente antes de ser llevada al Cielo.
La Ley de Dios en los Mandamientos:
Como Señor y Creador del Universo, Dios estableció leyes tanto para el mundo físico como para el mundo espiritual. Las leyes del mundo físico nada tienen que ver directamente con la noción de pecado, a no ser que el hombre, por imprudencia, use mal de ellas y cause así un perjuicio a sí mismo o al prójimo. Pero en tal caso el pecado estará en la imprudencia, una vez que la ley moral (espiritual) nos ordena que seamos prudentes en el uso de los bienes materiales. Por ejemplo, alguien que por descuido resuelva encender un cigarro  en un lugar donde se distribuye gasolina, provocando una explosión.
La Ley de Dios está contenida esencialmente en los Diez Mandamientos, los cuales engloban también las leyes de la Iglesia y las leyes civiles, por ejemplo en el 4º Mandamiento —honrarás a tu padre y a tu madre— están incluidas las autoridades religiosas y civiles. Así, la desobediencia a la autoridad religiosa o a una autoridad temporal implica un pecado (suponiendo que se trate siempre de una orden legítima.
El pecado mortal lleva el alma al infierno, si antes no hubiese obtenido el perdón por medio de la confesión.  El Pecado, un acto de rebeldía contra Dios Venial o grave, el pecado es siempre una desobediencia a Dios, y por lo tanto un acto de rebeldía contra el Creador. En ese sentido, es siempre un acto sumamente censurable, por lo cual debemos empeñarnos seriamente en evitar también los pecados veniales, pues ellos manchan nuestra alma y nos apartan de Dios, que es el Sumo Bien. Además, quien pone negligencia en el combate a los pecados veniales se coloca en una rampa que conduce, cuando menos se espera, al pecado mortal, con todas sus gravísimas consecuencias: rompimiento de la amistad con Dios — ¡volviéndonos enemigos de Dios!— y colocándonos en la situación de condenados potenciales al infierno.
De ahí la necesidad de arrepentirnos seriamente y cuanto antes del pecado mortal y buscar, en la primera oportunidad, el Sacramento de la Confesión, para obtener del mismo modo la absolución del sacerdote, que nos perdona en nombre y por los méritos de Jesucristo.
Con todo, cabe resaltar que, para que exista pecado mortal, no basta que la materia sea grave: es preciso que el acto haya sido cometido con perfecta advertencia del entendimiento y pleno consentimiento de la voluntad. En otras palabras, la persona debe estar consciente de que su acción implica un pecado grave, y lo realiza con plena y deliberada voluntad. La doctrina de la Iglesia hace esta precisión, porque a veces circunstancias o hechos diversos hacen  que el consentimiento no sea pleno, lo que descalifica al pecado como mortal Contrición perfecta y contrición imperfecta  la diferencia entre contrición perfecta y contrición imperfecta. Esta última es el arrepentimiento que el pecador siente, más por el miedo del castigo eterno, que por amor de Dios. Entra un cierto amor de Dios y el deseo de recuperar el “estado de gracia” (así se llama al estado del alma libre de pecado mortal), pero prevalece el miedo del castigo. En la contrición perfecta, se da lo contrario: el alma se arrepiente por puro amor de Dios, aunque el miedo del castigo también esté presente. La consecuencia es que la contrición perfecta restablece en el alma inmediatamente el estado de gracia, aunque permanezca la obligación de confesarse en la primera oportunidad y antes de recibir la Comunión. La contrición imperfecta no tiene el mismo efecto inmediato, sino que requiere la absolución sacramental (dada por el sacerdote en la Confesión) para que el alma vuelva al estado de gracia Los pecados son las malas acciones que absolutamente deben evitarse. Ellos constituyen el mayor mal, aunque el hombre de hoy parece no tener de ellos una clara conciencia, de tal manera que ya Pío XII decía que el mayor pecado de nuestro tiempo es que los hombres han perdido el sentido del pecado.

El pecado es el rechazo de la recta razón, es decir, el rechazo de la verdad, y el rechazo del amor de Dios que nos indica cuál es nuestro verdadero bien. Directa o indirectamente es desprecio de Dios y de su amor.
 ¿Qué es el pecado?
El pecado es una transgresión de la ley de Dios y el rechazo del verdadero bien del hombre. Quien peca rechaza el amor divino, se opone a la propia dignidad de hombre llamado a ser hijo de Dios y hiere la belleza espiritual de la Iglesia, de la cual todo cristiano debe ser piedra viva.
 ¿De qué modo se puede cometer el pecado?
Se puede cometer el pecado en los pensamientos (complaciéndose en el mal), con los deseos (deseando el mal), con las palabras, con las obras y con las omisiones (no haciendo el bien que se puede y se debe hacer).
 ¿Los pecados son todos igualmente graves?
Los pecados pueden ser más o menos graves, y la distinción fundamental es entre pecados veniales (o leves), y pecados mortales (o graves).
 ¿Qué es el pecado mortal?
El pecado mortal es una transgresión de la ley de Dios en materia grave, hecha con plena advertencia (esto es, conscientemente) y con consentimiento deliberando (es decir, voluntariamente).
 ¿Qué significa "materia grave"?
Significa que el objeto o contenido de la acción constituye una transgresión importante de la ley moral.
 ¿Qué significa exactamente que la advertencia debe ser "plena" y el consentimiento "deliberado"?
Significa que la mente debe captar con claridad el valor moral de la acción, y la voluntad quererla plenamente.
 ¿Qué es el pecado venial?
El pecado venial es una transgresión de la ley de Dios en la que falta o la gravedad de la materia, o la plenitud de la advertencia o del consentimiento.
 ¿Por qué el pecado grave se llama mortal?
El pecado grave se llama mortal porque separa de Dios haciendo perder la gracia santificante, que es la vida del alma.
 ¿Qué otros daños ocasiona al alma el pecado mortal?
El pecado mortal destruye la caridad en nuestro corazón y nos aparta de Dios, sumo Bien y felicidad nuestra. Si no es reparado por el arrepentimiento y por el perdón de Dios provoca la exclusión del Paraíso y la muerte eterna del Infierno, priva de los méritos adquiridos e impide todo crecimiento espiritual haciéndonos esclavos del mal.
 ¿Hay algo más grave y más dañino que el pecado mortal?
No existe nada más grave y más dañino que el pecado mortal, que separa de Jesús, único Salvador. El sarmiento separado de la vid no sirve para nada, si no es para ser echado al fuego (Jn 15, 6).
 ¿Por qué el pecado leve se llama venial?
Porque aun siendo una acción que en sí es mala, sin embargo no es tan tal que determine una verdadera oposición a Dios; no nos hace perder su amistad y, aunque nos debilita espiritualmente, no mata en nosotros la vida de la gracia.
 ¿Qué daños produce el pecado venial?
El pecado venial enfría el fervor de la vida cristiana, obstaculiza el camino de perfección y nos hace merecedores del Purgatorio en la otra vida. Puede además disponernos al pecado mortal.
Pecado capital no es lo mismo que pecado mortal, los pecados capitales (cabezas) son siete, se denominan así porque de allí se derivan todos los demás pecados, estos son: lujuria, gula, avaricia, ira, envidia, soberbia, pereza.
Los pecados veniales son pecados leves. No rompen nuestra amistad con Dios, sin embargo la afectan. Incluyen desobediencia a la Ley de Dios en materias leves (veniales). Si por chismes destruimos la reputación de una persona, esto es un pecado mortal. Sin embargo, los chismes normales son sobre asuntos insignificantes y solo son pecados veniales. Adicionalmente, algo que de otra manera sería un pecado mortal (por ejemplo la calumnia) puede ser en un caso particular solo un pecado venial. La persona puede haber actuado sin reflexionar o bajo la costumbre de un hábito. Pero, por no tener plena intención, su culpa ante Dios se ve reducida. Es bueno recordar especialmente para aquellos que están tratando de serle fieles a Dios, pero caen algunas veces, que el pecado mortal no solo debe ser 1) materia grave, sino 2) que la persona esté consciente de ello, y entonces 3 ) lo cometa libremente.
Un pecado serio grave o mortal es la violación con pleno conocimiento y deliberado consentimiento de la Ley de Dios en una materia grave, por ejemplo, idolatría, adulterio, asesinato o difamación. Todas estas son gravemente contrarias al amor que debemos a Dios y por Él, a nuestro prójimo. Como enseñó Jesús al condenar hasta al que mira con malos deseos a una mujer, el pecado puede ser interior (selección del deseo solamente) y exterior (selección del deseo seguido por la acción). La persona que por su propia voluntad desea fornicar, robar, matar o cometer otro pecado grave, ya ha ofendido seriamente a Dios al escoger interiormente lo que Dios ha prohibido.

El pecado mortal se llama mortal porque es la muerte "espiritual " del alma (separación de Dios). Si estamos en un estado de gracia nos hace perder esta vida sobrenatural. Si morimos sin arrepentirnos, lo perdemos a Él por la eternidad. Sin embargo, si volvemos nuestro corazón a Él y recibimos el Sacramento de la Penitencia, nuestra amistad con Él queda restaurada. A los católicos no les está permitido recibir la Comunión si tienen pecados mortales sin confesar.
Que son las indulgencias?Respuesta: De acuerdo con el Catecismo de la Iglesia Católica, una indulgencia es “la remisión ante Dios de la pena temporal correspondiente a pecados que han sido perdonados. Un miembro de la fe cristiana propiamente dispuesto, puede obtener una indulgencia bajo condiciones prescritas a través de la Iglesia, la cual, como ministro de la redención, dispensa y aplica con autoridad el tesoro de las satisfacciones de Cristo y los santos. Una indulgencia es parcial, si quita parte del castigo temporal por el pecado, o plenaria, si quita todo el castigo.”

Las siguientes definiciones también son muy importantes para entender este punto:
Castigo, Eterno: “El castigo por no arrepentirse del pecado mortal, separando al pecador de la comunión con Dios por toda la eternidad; la condenación en el infierno de un pecador no arrepentido.”


Castigo, Temporal: “La purificación del la insana atadura de las criaturas, la cual es una consecuencia del pecado que perdura aún después de la muerte. Debemos ser purificados ya sea durante nuestra vida terrenal o a través de la oración y una conversión que proviene de una ferviente caridad, o después de la muerte en el Purgatorio.” Purgatorio: “Un estado final de purificación después de la muerte y antes de la entrada al cielo, para aquellos que murieron en la gracia de Dios, pero que solo fueron imperfectamente purificados; una purificación final de la imperfección humana antes de que uno pueda entrar al gozo del cielo.”


La Iglesia Católica Romana enseña que el pecado tiene una doble consecuencia. Para un miembro de la Iglesia Católica, el cometer un pecado (mortal) es causa del “castigo eterno” – incluyendo la separación eterna de Dios y el sufrimiento en el infierno (La Iglesia Católica también enseña que bajo circunstancias normales, aquellos que no han sido bautizados por la Iglesia Católica Romana u otra iglesia que enseñe la regeneración bautismal, también son condenados al infierno porque la mancha del pecado original permanece sobre sus almas.) El pecado venial (menor), en contraste, no causa un “castigo eterno”, sino un “castigo temporal”.


 Las enseñanzas de la Iglesia Católica algunas veces se refieren a estos “castigos temporales” como impartidos por Dios, siendo éstos una manera de purificar a Sus hijos (ya sea en esta vida o en el Purgatorio). Pero la Iglesia Católica Romana también ve los pecados veniales como creadores de deudas con la justicia de Dios que deben ser expiadas de una manera que es distinta de la expiación de Cristo por el castigo eterno. La Iglesia Católica enseña que por la unidad del Cuerpo de Cristo (La Comunión de los Santos) (incluyendo a los creyentes vivos, los creyentes en el cielo, santos en el cielo, Cristo, María y los creyentes imperfectos en el Purgatorio), es posible que el mérito generado por las buenas obras, oraciones, limosnas, sufrimientos, etc. de uno o más de estos miembros del Cuerpo pueda ser aplicado a la deuda temporal de otro.


 La Iglesia Católica Romana enseña que la combinación de los méritos de Cristo, los santos, y los creyentes piadosos son almacenados en un lugar referido como el Tesoro de Méritos (algunas veces es llamado el Tesoro de Satisfacción, el Tesoro de la Iglesia, o el tesaurus ecclesiae). Y que debido a la sucesión apostólica desde Pedro, la Iglesia Católica Romana es la única que tiene la autoridad de sacar méritos de este tesoro y otorgarlo a los creyentes en esta vida o en el Purgatorio, para pagar por algunos o todos sus pecados veniales. Esto es efectuado a través de la concesión de indulgencias.


Nuevamente, las indulgencias se aplican solo al castigo temporal, no al eterno, y solo pueden ser distribuidas a través de un líder de la Iglesia Católica Romana, a alguien que esté ya sea en el Purgatorio o aún viviendo y cuya alma esté en un estado de gracia santificante. (p.ej. él/ella irá al Purgatorio, no al infierno si él/ella fuera a morir en ese momento) Una indulgencia puede ser obtenida a través de la práctica de buenas obras, una Misa que sea ofrecida a favor de alguien, rezando, por abstinencia, por dádivas a los pobres, o algunos otros actos meritorios realizados de acuerdo con los requerimientos dictados por un Papa u obispo que tenga jurisdicción sobre ese individuo. Para algunos, el ofrecer una misa es visto como uno de los medios más efectivos para reducir el castigo temporal de esa persona en el Purgatorio. Una indulgencia parcial reducirá el castigo temporal que tenga una persona. Una indulgencia plenaria quitará todo el castigo temporal.


¿Es bíblico el concepto de las indulgencias?
Varias doctrinas de la Iglesia Católica Romana son derivadas de la tradición más que de la Escritura. Y como la Iglesia Católica Romana ve sus tradiciones tan consistentes como la Escritura y de igual autoridad que la Escritura, esto no es un argumento para ellos. Pero para la mayor parte de los grupos cristianos, solamente la Biblia es la fuente de autoridad y es más que suficiente para proveer a los cristianos con todos los recursos que necesiten para conocer y servir a Cristo como fue el propósito de Dios (2 Timoteo 3:15-17; Hechos 20:32) Pero como la Iglesia Católica Romana declara que sus doctrinas no son contradictorias a la Escritura y acepta la Escritura como parte de su autoridad, es apropiado para ambos grupos el preguntar “¿Son bíblicas las indulgencias?”


Un examen de los pasajes que la Iglesia Católica Romana utiliza como soporte de doctrinas tales como el castigo temporal, la expiación vicaria por creyentes y santos y el Purgatorio, ilustra la dependencia de sus tradiciones por sobre, y más allá de la Escritura. Otras doctrinas, tales como el Tesoro de Méritos, el “incorruptible e insondable mérito de María”, el “superabundante mérito de los santos”, y la existencia de indulgencias ¡son todas ellas ajenas a la Escritura! ¿Es bíblica la doctrina de las indulgencias? Una interpretación consistente y contextual de las Escrituras no respaldará ni la enseñanza de indulgencias, ni las doctrinas desarrolladas a partir de ellas.
Indulgencias y Purgatorio


La Iglesia Católica Romana cita unos pocos pasajes para su soporte escritural del Purgatorio. Adicional a un pasaje del apócrifo libro de 2 Macabeos, está 1 Corintios 3:10.15; Mateo 5:26; y Mateo 12:32 que también son dados como bases bíblicas. Mateo 5:26 es parte de una parábola sobre el tema del perdón. Mateo 12:32 es aplicable al tema (la blasfemia contra el Espíritu Santo).


Ninguno de los pasajes se refiere a lo que pasa después de la muerte ni ofrece una clara enseñanza de lo que sucede después de la muerte. Es un principio de hermenéutica (el estudio de cómo interpretar correctamente la Escritura) que uno pueda considerar pasajes “dudosos” que apenas sugieran un punto, como pasajes que se enfoquen sobre ese tema o sean claros acerca de ese punto. Para interpretar estos versos como una enseñanza que hay un lugar de futura expiación y purificación en el Purgatorio después de la muerte, vuela en la cara de muchas claras declaraciones en la Biblia de que solo hay dos lugares a los que uno irá después de la muerte; siendo o bien con el Señor en el cielo (2 Corintios 5:8; Filipenses 1:21-23; 1 Tesalonicenses 4:13-18) o ser atormentado en el infierno (Lucas 16:23-24; Apocalipsis 20:10-15). La Biblia no dice que después de la muerte venga una “futura purificación,” dice, “Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio.” (Hebreos 9:28) Ver en GotQuestions,org el artículo sobre ¿Qué dice la Biblia acerca del Purgatorio? para una información más amplia sobre este tema.


Indulgencias y PenitenciaLos católicos hablan de “hacer penitencia” por sus pecados. Al final de la confesión con un sacerdote, se le dice al confesado ciertas cosas que deberá hacer (tales como rezar ciertas oraciones) como parte de la “penitencia”. Parte del propósito de esta penitencia es provocar el regreso a una disposición de alejarse del pecado y regresar a Dios. Pero otros propósito mencionado repetidamente en la literatura Católica Romana es la de rezar o pagar por los propios pecados. Esto no es lo mismo que hacer una restitución a aquellos que fueron heridos por nuestros pecados, sino más bien involucra el hacer un pago dirigido al castigo temporal, que satisfaga la justicia de Dios. El último propósito está estrechamente vinculado a la idea de indulgencias y no es mencionado en la Escritura. La Biblia habla de arrepentimiento, refiriéndose al “cambio de mentalidad acerca del pecado propio que resulta en un cambio en el comportamiento.” El ministerio y la enseñanza de Juan el Bautista se resume en Lucas 3:3-18. El les dijo a aquellos que eran bautizados por él (su bautismo era un signo de arrepentimiento) que mostraran por sus obras, que su arrepentimiento era real. Pero nunca se haya el mensaje de “ustedes deben pagar o expiar sus pecados, haciendo alguna obra buena o por abstinencia,” o por medio de alguna otra cosa. Por este llamado a las buenas obras, Juan esencialmente estaba diciendo, “Muéstrame por tus obras que tu arrepentimiento es genuino” (ver Santiago 2:18). Pero, nuevamente, la idea de “hacer penitencia” como una expiación por nuestros pecados o un pago de la deuda temporal a la justicia de Dios, ¡jamás es mencionado en la Escritura!


Las indulgencias y el Tesoro de Méritos.
La doctrina del “Tesoro de la Iglesia” fue expresado oficialmente por primera vez en 1343 por el Papa Clemente VI. Él describe que este tesoro consiste no solo de los méritos de la expiación de Cristo, sino también de “los méritos (= expiaciones) de María, la Madre de Dios, y de todos los escogidos, desde el más grande hasta el último de los justos, que contribuyen al crecimiento del tesoro del cual la iglesia hace retiros para la segura remisión del castigo temporal.”


La Biblia nunca, ni una sola vez se refiere a algo como el “Tesoro del Mérito”, y tampoco se encuentra la idea de que un creyente pueda hacer expiación a favor del pecado de otro. En Romanos 9 y 10, Pablo expresa que si esto fuera posible, él gustosamente estaría dispuesto a ser condenado, si eso resultara en la redención de sus hermanos israelitas. Pero eso no es posible, porque Pablo y los otros escritores de la Biblia declaran que para un creyente, el Juez justo quedó satisfecho cuando Jesucristo se convirtió en la expiación (propiciación) por nuestros pecados y que aparte de Él no hay expiación posible (Isaías 53:6; Romanos 5:10-11; 2 Corintios 5:21; 1 Juan 2:2; Hebreos 101-18) Nunca hay ni siquiera una insinuación sobre la idea de una expiación vicaria de los creyentes, ya sean vivos o muertos, por el bien de sus otros hermanos creyentes. La Iglesia Católica Romana puede hacer la distinción entre la expiación por el castigo eterno de la gente y su castigo temporal, pero la idea de que haya algo más, aparte de la expiación de Cristo por los pecados del mundo y su correspondiente castigo, jamás es encontrado en la Escritura. Jamás se encontrará alguna enseñanza acerca de la “superabundantes satisfacciones de los Santos” o que las oraciones y buenas obras de María “sean de verdadero, inmenso, insondable y aún original valor ante Dios”. En la Escritura, solo está el insondable e infinito valor de la expiación de Cristo.... punto.
Indulgencias y castigo Temporal.


El catecismo católico habla del castigo temporal como de un proceso de purificación. Pero por otra parte, a través de las enseñanzas oficiales de la Iglesia Católica Romana, se habla de ello como una deuda espiritual que necesita ser expiada, ya sea por el individuo que pecó o vicariamente por alguien más. Nuevamente, la Iglesia Católica Romana hace distinción entre el castigo eterno para pecados “mayores” y castigo temporal para pecados “menores”.


Es claro que la Iglesia Católica Romana enseña que hay una naturaleza “legal” o forense en el castigo temporal; esto es, que involucra la necesidad de satisfacer la justicia de un Juez justo y que si esa justicia no es satisfecha por expiación en esta vida, debe ser expiada en la siguiente vida, en el Purgatorio. Es ese aspecto forense o “pago para satisfacer la justicia” lo que es anti-bíblico. La Escritura si enseña que el pecado de uno puede ser perdonado en el sentido eterno (donde el pecador ya no sea condenado en el infierno) o aún en un sentido terrenal (al no descargar el castigo impuesto por la Ley Mosaica sobre el pecador - 2 Samuel 12:13). El pecado cambia las cosas en esta vida y en la manera en que Dios interactúa con nosotros en esta vida. Tiene que ser por un número de razones dadas en la Escritura:


1) Este es un mundo real, donde las acciones reales tienen consecuencias reales. Si plantamos escasamente en la primavera, no tendremos trigo en el otoño. Si plantamos pecado, eventualmente cosecharemos confusión, penurias, destrucción y muerte (Gálatas 6:7; Romanos 3:16; Santiago 1:15).


2) Nuestro pecado y la respuesta de Dios ante él, afecta el cómo nosotros y otra gente ve a nuestro Dios. Si pecamos y no hubieran efectos obvios de ello, veríamos el pecado como algo que “no tiene gran importancia” para Dios, y entonces Su carácter santo sería blasfemado. Esta es una de las razones que Dios citó para decretar la muerte del niño concebido por David en adulterio con Betsabé (2 Samuel 12:13-14), p.ej., si no hubiera consecuencias terrenales por el adulterio de David y el asesinato de Urías, entonces Dios sería visto como Uno que condona tales acciones pecaminosas.


3) Otros “al verlo” serían animados a pecar. 1 Corintios 10:1-12 dice que todos los castigos impuestos por Dios sobre los israelitas por su incredulidad, idolatría, lascivia, etc., fueron registrados para nuestra advertencia, para que pudiéramos aprender de sus errores. Proverbios dice que cuando el castigo del pecado es retrasado, otros son animados a pecar (p. ej., Si vemos que alguien “se salió con la suya”, nos sentimos animados a repetir su pecado). Así que, un castigo terrenal es, o impuesto por Dios o por la permisión de las consecuencias naturales del pecado para que maduremos, para que otros puedan aprender a no pecar.


4) Dios nos disciplina para nuestro beneficio, para que podamos disfrutar del fruto de justicia que Él tiene para nosotros. Cuando una persona pone su fe en Cristo, Dios deja de ser nuestro Juez y se convierte en nuestro Padre (Juan 1:12). Estaremos ante Él como un Juez de nuestras obras hechas después de la salvación (2 Corintios 5:10.11; 1 Corintios 3:10-15), pero ahora tenemos paz para con Dios (Romanos 5:1-10) y no hay más condenación (Romanos 8:1). Pero como un padre amoroso disciplina a sus hijos para su bien, así Dios nos disciplina para el nuestro (Hebreos 12:3-11). Pero cuando ves la descripción de esta disciplina celestial dada en Hebreos 12, no encuentras la idea de castigo en el sentido de que uno ¡necesite pagar o expiar su crimen!
Así que uno encuentra que Dios o impone consecuencias terrenales, o permite las consecuencias naturales como resultado del pecado, pero en ningún pasaje dice que estas consecuencias sean impuestas para que ¡Su justicia temporal pueda ser satisfecha!.


En conclusión, habiendo discutido la falta de soporte bíblico para algunas de las doctrinas fundamentales necesarias para la existencia de indulgencias, también debe ser declarado que no hay ni un ejemplo bíblico, o enseñanza al respecto, de que un apóstol o líder de la iglesia conceda una “indulgencia” a un hermano creyente. ¡Ni una! Desde sus cimientos hasta su cúspide, toda la estructura de la doctrina de las indulgencias, está bíblicamente infundada.      Es nuestra oración, que como el apóstol Pablo vio a muchos convertidos a Cristo porque compararon sus enseñanzas con lo que dice la Escritura (Hechos 17:10-12), que igualmente, aquellos que lean este sumario, puedan leer la inerrable e infalible Palabra de Dios por ellos mismos, y simplemente preguntarse, “¿Las enseñanzas de la Iglesia Católica Romana, se encuentran en lo que he leído? ¿“Encajan” tanto en el contexto inmediato de cualquier pasaje, como en el contexto global del Nuevo Testamento? ¿El “sistema” de la Iglesia Católica Romana está fundamentado en el Nuevo Testamento?” Oramos para que todos aquellos que invoquen el Nombre de Cristo se vuelvan a la simplicidad de confiar solo en Cristo y deseen vivir para Él, en gratitud por todo lo que Él ha hecho por ellos.




El amor
El amor es la fuerza más grande que mueve al mundo, Dios nos ama inmensamente y quiere que entendamos y experimentemos lo que es el verdadero amor, su amor. Para que seamos capaces de ser instrumentos de su amor, dondequiera que estemos. UN VERDADERO AMOR - Para Reflexionar -
Un hombre de edad avanzada vino a la clínica donde yo trabajo para hacerse curar una herida en la mano. Tenía bastante prisa, y mientras se curaba le pregunté qué era eso tan urgente que tenía que hacer. Me dijo que tenía que ir a una residencia de ancianos para desayunar con su mujer que vivía allí.
Me contó que llevaba algún tiempo en ese lugar y que tenía un Alzheimer muy avanzado. Mientras acababa de vendar la herida, le pregunté si ella se alarmaría en caso de que él llegara tarde esa mañana. No, me dijo. Ella ya no sabe quién soy. Hace ya casi cinco años que no me reconoce. Entonces le pregunté extrañado.
Y si ya no sabe quién es usted, ¿por qué esa necesidad de estar con ella todas las mañanas? Me sonrió y dándome una palmadita en la mano me dijo: "Ella no sabe quién soy yo, pero yo todavía sé muy bien quién es ella". Tuve que contenerme las lágrimas mientras salía y pensé: "El verdadero amor no se reduce a lo físico ni a lo romántico. El verdadero amor es la aceptación de todo lo que el otro es, de lo que ha sido, de lo que será y de lo que ya no es". 




clase No. 8. Tema: Amistad con  los  hermanos.       
I.-  Vida en comunidad: Dios creo al hombre para vivir en comunidad, y descubrir la riqueza que hay en tener hermanos, conocer sus problemas, y compartir con ellos penas y alegrías, orar en comunidad, interesarse unos por otros, etc.    
Si realmente nos hemos convertido al Señor, al recibir el don del Espíritu, sentimos la necesidad de unirnos a otros hermanos para caminar juntos, de la mano de Jesús, apoyarnos y compartir lo que dios va haciendo en cada uno.   Hechos 2:42.
II. Nuestra primera comunidad: mi casa. 1ª  carta a Timoteo 5:8.  
Nuestra casa y nuestra familia es nuestra primera comunidad. Y debemos cultivar el tener juntos momentos de oración, lectura de la palabra, actividades recreativas, culturales, alegrías, trabajos, tristezas, ideales, sueños, cuando esto no es posible, debemos pedir a dios que nos ayude a conseguirlo, y a aprender a esforzarnos por lograrlo, en su tiempo.   
III. La Comunidad: hay experiencias y dones de Dios que solo se manifiestan y pueden experimentar en un grupo de personas, que teniendo un mismo padre, y viviendo en un mismo Espíritu, comparten como hermanos, teniendo en común fe, amor, metas, vidas. Y aprendan juntos a vivir la nueva vida que Jesús les señala. Efesios 4:13.
Debemos de despojarnos de soberbia,  egoísmo, viviendo para servir a los demás, nos hace libres de la rigidez de la ley, para que al obedecer al espíritu obtengamos vida,  pero esa obediencia y sumisión a Dios se obtiene solo a través del orden y la obediencia a los servidores y a los hermanos. Efesios 5:21. 
Solo en la vida de comunidad podemos practicar verdaderamente esa obediencia, y crecer como parte de un cuerpo y obtener la madurez cristina que caracterizo a los primeros cristianos. La iglesia entera es el cuerpo de cristo, pero en una comunidad es donde verdaderamente se vive esa experiencia.     1a corintios 12:27.  La profecía sirve cuando profeta la comunica a otro, discernimiento es para aplicarlo a los demás, se recibe pastoreo, ayuda, aliento, ejemplo, etc.    
IV. Vivir como hermanos,  la amistad que nos une a. Nuevos hermanos formara para nosotros un nuevo mundo, al cual dios nos ha integrado. Romanos 15:5. 
Formamos parte del rebaño de dios, y no nos debemos alejar. Para no exponernos, 1 ª  tesalonicense. 5; 11-14.  / s. Mateo 18:12-14.   
Debemos estar claros que no hay gente perfecta, pero vamos caminando y progresando juntos con y en El Señor. Entender que hay errores en mí y en los demás, q vamos a ir superando. Romanos 15:7.  El amor entre los hermanos es la mejor señal que se va en buen camino. Colosenses 3; 14-15.   1ª  Corintios 13:1-8.


CLASE No 9.                  
TEMA: COMO DE MOSTRAR NUESTRO AMOR A LOS HERMANOS.
I.                    No basta con amar a los hermanos en el fondo de nuestro corazón o meramente con palabras, el amor debe concretizarse en acciones, que ellos estén convencidos que los amamos, que pueden acudir a nosotros con confianza, libertad.   S. Juan 3:16. 

II.                 Que debemos hacer para demostrar amor a los hermanos? Para demostrar realmente el amor debemos antes experimentar el amor de Dios en nuestra vida, y dejar que ese amor nos transforme y capacite para amar a los demás, esto lo lograremos:

a.       Oración; la oración nos ayuda a aquietarnos, y permitir que dios hable a nuestros corazones, sentir y descubrir su amor en el día a día en nuestras vidas, y comenzar a entender como demostrar con acciones concretas nuestro amor a los demás. A través de la oración dios nos indica nuestras fallas, lo que tenemos que mejorar y con quien, y adonde debemos servir y poner al servicio de los demás, por amor, los carismas y regalos que Dios ha dado a nuestras vidas. Romanos 12:6-8.

b.      Conversión: la conversión no es algo puntual, es un proceso continuo de cambio que no debe detenerse, y a través del cual voy dejando acciones y hábitos negativos, carentes de amor, y. Trato día a día de mantenerme de la mano de Dios. Hechos 3:19. / Ezequiel 11:19.;  Esta conversión debe ser del interior, y debe concretizarse en cambios de actitud y comportamiento hacia los demás, lo que nos llenara de entrega, generosidad y amor hacia los demás y evitara críticas, chismes, envidias, egoísmos.  

c.       La gracia: la presencia de dios en nosotros, sacando el pecado de nuestra vida, nos hace más dóciles a la voz del espíritu santo, para seguir sus inspiraciones, para relacionarnos con los demás y construir. El cuerpo de Cristo acá entre nosotros. De la cual Jesús es. Cabeza. Colosenses 1:18.  Esta dirección de Dios, nos hace instrumentos suyos aca en la tierra, piedras vivas que él puede usar.     

III.                Amar como cristo: debemos amar como cristo nos ama, tal y como somos, nunca nos manipula ni nos fuerza. Y nos ama sin pedir nada a cambio. Romanos 15:1.                         Cuando no amamos al hermano hacemos lo contrario que hizo Jesús. Las obras de la carne, se oponen siempre al amor. Gálatas 5; 19-21.   Efesios 4:25-32.  Jesús debe sanar nuestras relaciones con los demás, no discutir. No chambres, San Mateo 18:15.

IV.                COMO DEMOSTRAR AMOR A LOS DEMAS:

a.       Acoger: a todo el que se acerque a nosotros, debemos. Recibirlo con cariño y amabilidad.               Romanos 15:7.
b.      Perdonar: para poder perdonar debemos amar primero.  Gálatas 5:22. El fruto del espíritu, de la presencia de dios en nosotros es el amor.    corintios 13; 4-8. 

c.       Dar: no significa dar a los demás dinero, cosas que nos sobran. El dar a que dios se refiere es darse uno mismo, con nuestro tiempo, dones, y todo lo que dios nos da. Hechos 3: 1-8.                          Dios es el que me enseña a dar y estar atento a descubrir, a ver, a escuchar. Lo que el otro necesita y dárselo.  Nuestra relación con los demás debe tornarse fraterna.   San juan 13:34-35



CLASE No. 10.
TEMA: LOS ENEMIGOS DE LA COMUNIDAD.     
        I.            Dios trata de. Unirnos con su amor, su ejemplo en Jesús, su amistad,  para que formemos parte de una comunidad y crezcamos en fe en ella, guiados de la mano de Jesús. Pero debemos recordar que Satanás, no se queda indiferente o inactivo, ante la obra del espíritu, y va a tratar de entorpecer o destruir. La obra de Dios, y su mejor estrategia es la división. "Todo reino dividido. En dos bandos está perdido y toda ciudad o familia dividida, no podrá subsistir. San Mateo 12:25.             Satanás si logra producir división interna en una comunidad, esta se destruye sola. Satanás se vale de nuestras debilidades humanas, como son: hablar a la ligera, juzgar, dejarnos llevar de chismes, hacer caso de murmuraciones, malinterpretar acciones de otros, poner intenciones que no son en corazón de otros, etc.     
      II.            DEBEMOS RECONOCER ESTRATEGIAS DEL ENEMIGO PARA DIVIDIR: hay que estar. Conscientes de cuáles son los instrumentos que usa para no hacernos cómplices, por ignorancia de sus planes destructivos y contribuir a la división en la comunidad.   
a.       LAS CRITICAS: Nos fijamos en las personas como humanos  y no en Jesús, criticas se hacen secretamente y dan lugar a la murmuración, a través de esto se daña no solo a la persona criticada, quien no se entera, al menos directamente de causa de la crítica, y a las personas que la escuchan, porque predisponemos en contra de la otra persona, y se daña la imagen de la misma, esto ROMPE las relaciones entre los hermanos. Debemos de romperlas.  Si un hermano ha cometido alguna falta, contra ti, contra otro o contra la comunidad, debemos hablar con Él o Ella a solas. San Mateo 18:15-17.    
b.      MENTIRAS Y FALSOS TESTIMONIOS: a través de mentiras, exageraciones, adulteraciones se provocan daños muy grandes en una comunidad que producen difamaciones y falsos testimonios.            Zacarías 8: 16-17.  El exagerar una verdad, puede ser tan dañino como mentir, sobre todo si causa daño. Directo a algún hermano. En Santiago Dios nos habla de cómo pecamos con nuestra lengua.                              Santiago 3:2-10. Si dios nos indica todo el mal que podemos causar con nuestra lengua, no nos prestemos a ello y tratemos de ser luz en medio de nuestra comunidad, caminando en la verdad. 1ª  Juan. 2:9-11.  Efesios 4:25.
c.       JUZGAR A LOS DEMÁS: puede muchas veces encerrar soberbia o envidia. Cuando juzgamos a alguien nos sentimos superiores a esa persona. A veces juicios se hacen a la ligera, por impresiones, apariencias, sin conocer verdaderamente a la persona, ni la causa de su actitud o comportamiento. Por eso cuando por alguna mala percepción de alguien nos cerramos a una relación, podemos estar bloqueando recibir. Cualquier gracia a través de ella. Y nos centramos en lo malo solamente, al juzgar severamente, estamos diciendo a Dios q haga lo mismo con nosotros. San mateo 7:1-5.    Romanos 14:10-13. Romanos 2:1.    Debemos aceptar a nuestros hermanos como son y a pesar de sus aparentes fragilidades y cosas que no me parecen de ellos, con la seguridad que Dios está trabando en su transformación.
d.      EL RENCOR: son causa que muchas veces haya frialdad y aridez en nuestros corazones. Y en nuestra relación con Dios, la cual con resentimientos, no puede ser sincera y limpia.  Debemos mantenernos conectados a la fuente de perdón y amor, para ser capaces de vivirlo en nuestra vida, y estar dispuestos a perdonar sin poner condiciones o límites. San mateo 18: 21-22.
e.      NO DARNOS A LOS HERMANOS: no sacrificarnos por ellos, no servirles, no prestarles ayuda, separarnos por grupos. Estamos llamados a ser uno.                                   San Juan 17:21.  Y debemos tratar de complementarnos unos con otros, a través del amor de Dios.